Un e-mail especial... (parte 1)
Me gustaría compartir con vosotros una historia muy especial que ha llegado a mi correo electrónico. La he leído muchas veces y la verdad es que me ha conmovido. Es tan bonita que le he pedido permiso a su autor publicarla, para que otras personas puedan leerla también. Leedla despacio y después me contáis qué os parece:
"Somos una pareja madura (50 y tantos...) que en 1984 tuvimos la oportunidad de visitar la URSS, pero, como era obligatorio en aquella época, a través de uno de sus países satélite, en este caso Bulgaria. Por tal motivo pasamos unos días en Sofía antes de entrar en la URSS ( y otro par a la vuelta), con una guía local de nombre María y residente en la capital. Nos pareció una persona estupenda, educada, sensible, amable y muy culta. Además tuvimos la suerte de que durante todo el periplo por la URSS (unas dos semanas: Moscú, Leningrado y Kiev, que entonces era soviética) María nos acompañó al grupo (unos 30) todo el tiempo a modo de intérprete (en la URSS teníamos además guías locales).
Nosotros hicimos un pequeño grupo de "gentes del Sur" (7 personas de Jaén, Murcia, Málaga, Madrid... que todavía nos vemos de vez en cuando), de forma que María pasó todo el viaje compartiendo dormitorio con nuestra nueva amiga de Madrid y vivencias con nuestro pequeño grupo, y de ahí... surgió la típica amistad de una carta por Navidad y poco más... hasta que cuando cayó el Telón de Acero y Bulgaria se vio sola ante el mundo, con la mayor prudencia y delicadeza le preguntamos si "necesitaban algo", aceptando al final que le mandáramos alguna medicina.
Poco a poco la amistad se transformó en confianza plana, de tal forma que cada dos o tres meses salía un paquete postal (el máximo que permite Correos: 20 kg) con medicinas, comida, bombillas, ropa, pilas, etc... y algún billete enmascarado dentro. Allá por 1991 pudimos volver a Sofia aprovechando un viaje en grupo en furgoneta hasta Estambul. Pasamos una noche en su casa y le dejamos la casi totalidad de comida que llevábamos en la furgoneta. Miles de lágrimas y abrazos.
Durante todos estos años hemos seguido manteniendo este "correo" trimestral, si bien hace unos cinco o seis años dejamos de mandar paquetes pues el coste del envío superaba el contenido (más de 60 euros en tasas postales), por lo que ahora mandamos una carta con un billete de 50 euros en su interior. Sabemos que no es mucho, pero nos suena que puede ser la mitad de su pensión mensual. Hace tres años o así le enviamos un reproductor de DVD (no fue fácil encontrar las conexiones para su antiguo TV), y ahora con cada carta le remitimos DVDs y CDs con música clásica, óperas, música "de siempre" y algunas fotos nuestras (Iván, el marido de María, fue violinista en la Sinfónica de Sofía). María nos envía, cuando puede y a pesar de nuestras quejas de que no gaste dinero en ello, algún regalo (especialmente los mismos frasquitos de esencia de rosas que tu sorteaste hace poco, ¡excelente idea la tuya!), y algún preciosísimo icono.
Nuestros amigos, que no han tenido hijos, ya son octogenarios, y Iván está muy mal. Es posible que al escribir estas líneas ya haya fallecido (esperemos que no sea así). María ha encontrado una forma de llamar de vez en cuando gastando poco (creo que tiene una tarjeta para usar desde su teléfono fijo por muy pocas levas). Ellos viven en la capital, en una casa propia en el llamado Barrio de los Periodistas. María habla (y todavía escribe) perfectamente español, además de ruso, francés y griego.
¿Por qué te escribo todo esto? Pues no lo sé, pero al leer tus líneas me he sentido más cerca de mis amigos búlgaros. Perdona toda esta perorata pues sé que no tienes demasiado tiempo. En cualquier caso, gracias por leerme y que este año 2014 os depare, a ti y a tu familia, todo lo que deseas. Permiteme un fuerte aplauso por tu labor en el blog y por dar a conocer la realidad de un país hermosísimo a sólo tres horas de España".
Qué, ¿cómo se os queda el cuerpo después de leer esta carta? Increíble, ¿verdad? Mi marido leyó también el e-mail y se conmovió. Me contó que cuando era niño, su madre tocaba el violín en una orquesta y viajaban por varios países. Una familia que la alojó cuando estaba de gira por Alemania les estuvo mandando varios paquetes con comida y cosas que no se podían conseguir en Bulgaria en esa época de necesidad, algo parecido a lo que cuenta el autor del e-mail. Recordemos que por entonces Bulgaria estaba en transición después del Comunismo, y la vida era muy difícil.
Desde aquí agradezco a Ahren (me ha pedido que le llame así por privacidad) que haya compartido conmigo su historia y que me haya permitido compartirla también en el blog. También les agradezco, a él y a su mujer, su buen corazón, porque lo que llevan haciendo treinta años va más allá de una ayuda puntual. Si más personas actuaran así el mundo sería diferente, estoy segura.
Ahren ha tenido el detalle de enviarme además documentación muy interesante entre la que figura una carta que recibió del rey Simeón, pero para no hacer un post demasiado largo, lo podéis leer en la segunda parte.
¿Qué os ha parecido la historia de Ahren, y lo que lleva 30 años haciendo por sus amigos búlgaros?
"Somos una pareja madura (50 y tantos...) que en 1984 tuvimos la oportunidad de visitar la URSS, pero, como era obligatorio en aquella época, a través de uno de sus países satélite, en este caso Bulgaria. Por tal motivo pasamos unos días en Sofía antes de entrar en la URSS ( y otro par a la vuelta), con una guía local de nombre María y residente en la capital. Nos pareció una persona estupenda, educada, sensible, amable y muy culta. Además tuvimos la suerte de que durante todo el periplo por la URSS (unas dos semanas: Moscú, Leningrado y Kiev, que entonces era soviética) María nos acompañó al grupo (unos 30) todo el tiempo a modo de intérprete (en la URSS teníamos además guías locales).
Nosotros hicimos un pequeño grupo de "gentes del Sur" (7 personas de Jaén, Murcia, Málaga, Madrid... que todavía nos vemos de vez en cuando), de forma que María pasó todo el viaje compartiendo dormitorio con nuestra nueva amiga de Madrid y vivencias con nuestro pequeño grupo, y de ahí... surgió la típica amistad de una carta por Navidad y poco más... hasta que cuando cayó el Telón de Acero y Bulgaria se vio sola ante el mundo, con la mayor prudencia y delicadeza le preguntamos si "necesitaban algo", aceptando al final que le mandáramos alguna medicina.
Poco a poco la amistad se transformó en confianza plana, de tal forma que cada dos o tres meses salía un paquete postal (el máximo que permite Correos: 20 kg) con medicinas, comida, bombillas, ropa, pilas, etc... y algún billete enmascarado dentro. Allá por 1991 pudimos volver a Sofia aprovechando un viaje en grupo en furgoneta hasta Estambul. Pasamos una noche en su casa y le dejamos la casi totalidad de comida que llevábamos en la furgoneta. Miles de lágrimas y abrazos.
Durante todos estos años hemos seguido manteniendo este "correo" trimestral, si bien hace unos cinco o seis años dejamos de mandar paquetes pues el coste del envío superaba el contenido (más de 60 euros en tasas postales), por lo que ahora mandamos una carta con un billete de 50 euros en su interior. Sabemos que no es mucho, pero nos suena que puede ser la mitad de su pensión mensual. Hace tres años o así le enviamos un reproductor de DVD (no fue fácil encontrar las conexiones para su antiguo TV), y ahora con cada carta le remitimos DVDs y CDs con música clásica, óperas, música "de siempre" y algunas fotos nuestras (Iván, el marido de María, fue violinista en la Sinfónica de Sofía). María nos envía, cuando puede y a pesar de nuestras quejas de que no gaste dinero en ello, algún regalo (especialmente los mismos frasquitos de esencia de rosas que tu sorteaste hace poco, ¡excelente idea la tuya!), y algún preciosísimo icono.
Nuestros amigos, que no han tenido hijos, ya son octogenarios, y Iván está muy mal. Es posible que al escribir estas líneas ya haya fallecido (esperemos que no sea así). María ha encontrado una forma de llamar de vez en cuando gastando poco (creo que tiene una tarjeta para usar desde su teléfono fijo por muy pocas levas). Ellos viven en la capital, en una casa propia en el llamado Barrio de los Periodistas. María habla (y todavía escribe) perfectamente español, además de ruso, francés y griego.
¿Por qué te escribo todo esto? Pues no lo sé, pero al leer tus líneas me he sentido más cerca de mis amigos búlgaros. Perdona toda esta perorata pues sé que no tienes demasiado tiempo. En cualquier caso, gracias por leerme y que este año 2014 os depare, a ti y a tu familia, todo lo que deseas. Permiteme un fuerte aplauso por tu labor en el blog y por dar a conocer la realidad de un país hermosísimo a sólo tres horas de España".
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Qué, ¿cómo se os queda el cuerpo después de leer esta carta? Increíble, ¿verdad? Mi marido leyó también el e-mail y se conmovió. Me contó que cuando era niño, su madre tocaba el violín en una orquesta y viajaban por varios países. Una familia que la alojó cuando estaba de gira por Alemania les estuvo mandando varios paquetes con comida y cosas que no se podían conseguir en Bulgaria en esa época de necesidad, algo parecido a lo que cuenta el autor del e-mail. Recordemos que por entonces Bulgaria estaba en transición después del Comunismo, y la vida era muy difícil.
Desde aquí agradezco a Ahren (me ha pedido que le llame así por privacidad) que haya compartido conmigo su historia y que me haya permitido compartirla también en el blog. También les agradezco, a él y a su mujer, su buen corazón, porque lo que llevan haciendo treinta años va más allá de una ayuda puntual. Si más personas actuaran así el mundo sería diferente, estoy segura.
Ahren ha tenido el detalle de enviarme además documentación muy interesante entre la que figura una carta que recibió del rey Simeón, pero para no hacer un post demasiado largo, lo podéis leer en la segunda parte.
¿Qué os ha parecido la historia de Ahren, y lo que lleva 30 años haciendo por sus amigos búlgaros?
Es una historia conmovedora... ojalá que sus amigos estén bien, ¿irás algún día a verlos?
ResponderEliminarNo sé, le he pedido sus datos de contacto a Ahren, a ver si me da su teléfono o su dirección. Más que nada para poderle decir si están bien...
EliminarPreciosa historia. Gracias por compartirla.
ResponderEliminarUn saludo
A tí por leerla! Hay tantas noticias malas que hay que esparcir por ahí las cosas buenas también, para compensar.. :)
EliminarUn gran aplauso para la gente generosa y altruista.
ResponderEliminarUna gran historia.
Gracias a los dos.
Un abrazo
Hay poca gente así, verdad? No sólo generosos, sino generosos y constantes durante tantos años.
EliminarGracias por leerlo y por dejar tu opinión! :)
(Tu comentario ha salido duplicado, con tu permiso borro uno ok?)
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarprecioso! sería lindo que pudieras conocer a María, incluso podrías hablar castellano con ella! :)
ResponderEliminarSi, estaría bien saber que están ok, aunque se me haría raro hablar español aquí jeje...
EliminarLe he pedido a Ahren sus datos, si me los da ya os cuento.
Me encantan éstas historias! Bravo por ellos!
ResponderEliminarBusca a María. Búscala!
Falta más gente así, verdad? Ya le he pedido a Ahren los datos de Iván y Maria, a ver si puedo contactar con ellos y decirle si están bien...
EliminarPrecioso. Conmovedor....
ResponderEliminarSi, esas son las palabras que me vinieron a la mente la primera vez que lo leí. Esto es bondad y lo demás son tonterías.. :)
EliminarEstaba intrigadísima queriendo leer este post desde que lo anunciaste en twitter.
ResponderEliminarQue hermosa historia, a mí también me ha conmovido mucho y estoy deseando saber su desenlace, es cierto que falta mucha gente así en el mundo. Bravo por ellos!!!
Besotes salados... sniffff!!!!
No mujer, no llores, que me vas a dejar el blog lleno de lagrimones ;)
ResponderEliminarGente así de generosa y compasiva la hay, pero son discretos, no se les ve ni se les oye. Por eso quería publicarlo.
Un abrazo y un kleenex!!
Que bien encontrar gente asií!Bravo por ellos! El mail es precioso!
ResponderEliminarBesos
Desde luego hace más fácil creer en la bondad del ser humano...
EliminarPor cierto no conocía tu blog, le estoy echando un vistazo. De momento me gusta lo que veo! :)
Oh!! Me he erizado toda! Qué conmovedor. Historia viviente.
ResponderEliminarGracias por la visita! Me alegro que te haya tocado la fibra, yo sigo tocada y eso que hace días que la leí por primera vez...
EliminarUna historia preciosa. Gracias por compartirla.
ResponderEliminarA tí por leerla! Mañana subiré la segunda parte con la carta..
EliminarEres especial :) Y yo me siento muy feliz de leerte y poder disfrutar de tus escritos. Gracias a ti por contarnos y gracias a los autores de la carta por permitir que la hicieras pública.
ResponderEliminarSaludos afectuosos desde Budapest
Tú eres única para hacerme sonrojar, de cualquier otra pensaría que me hace la pelota jaja!
ResponderEliminarEl autor del e-mail y su mujer se van a ir al cielo de cabeza si existe el paraíso de la buena gente...
Bueno ya sabes que lo de hacer la pelota a mí no se me da bien, jejeje. Lo que digo es lo que siento :)
EliminarUn abrazo
¡Qué bonito! Sería maravilloso que pudieras ir a verles, hablarles de Ahren, y de alguna forma, volver a comunicarles como antes. Cuánto me gustan estas historias de ayuda desinteresada. Gracias por compartirla! Síguenos contando!!
ResponderEliminarHablé con Maria por teléfono, está muy triste porque Iván ha fallecido. D.E.P.
EliminarNo debe ser nada facil de encajar una noticia asi despues de tantos años juntos... Me recuerdan a mis abuelos, juntos desde niños, ella murio de la noche a la mañana con 73 años en diciembre. El no lo soporto y murio 4 meses despues, en abril, de pura tristeza. :'(
EliminarOjala que eso no le pase a Maria
D.E.P. Ivan
No debe ser nada facil de encajar una noticia asi despues de tantos años juntos... Me recuerdan a mis abuelos, juntos desde niños, ella murio de la noche a la mañana con 73 años en diciembre. El no lo soporto y murio 4 meses despues, en abril, de pura tristeza. :'(
EliminarOjala que eso no le pase a Maria
D.E.P. Ivan
Una historia preciosa. Y espero que no sea el final. De verdad que leer cosas así hace que una vuelva a tener fe en la humanidad.
ResponderEliminar¡Besotes!
Si, siempre pensamos en la cantidad de gente malvada que hay por ahí, pero también hay buena, sólo que son más discretos y no se habla de ellos. Pero los hay, y hacen el mundo mejor...
EliminarQue bella historia, gracias por compartirla. Ya quiero leer la segunda parte y saber si conociste a Maria y su esposo.
ResponderEliminarLa segunda parte ya la he subido. Hablé con Maria por teléfono y he quedado con ella, pero su marido ha fallecido :(
EliminarAcabo de leer y comentar. Me quede tristísima de enterarme la situación de los jubilados en Bulgaria. Es increíble como conocemos más del mundo a través de otras personas.
EliminarUn abrazo a María y otro a ti.
ains! he leido antes la parte dos que la uno.. qué bonito y qué triste!! menuda llorera me ha entrado :O
ResponderEliminarYa, es que los blogs van al revés, llegas a uno y empiezas con lo más reciente jaja! No llores mujer, que es una historia bonita! :)
EliminarSi Iván ya descansa en paz, ahora será más difícil para María seguir adelante ¿Habrá una forma de poder ayudar a pesar de la distancia? No sólo económicamente, sino también animícamente... algo que pudieramos hacer por María...
ResponderEliminarPues no sé... Económicamente necesita ayuda fijo, de hecho muchos pensionistas se pasan el invierno sin calefacción (estamos bajo cero) porque tienen que elegir entre comida y calor, y hay que comer... También los hay que dejan de tomar sus medicinas porque no pueden pagarlas.
EliminarAnímicamente... si se os ocurre algo, soy toda oídos! :)
Es bonito saber que hay en el mundo personas con tan buen corazón :)
ResponderEliminarAbrazo cariñoso desde Budapest
Conste que estoy muy sensiblona ultimamente, pero se me han saltado las lágrimas... Creo que existen pequeños ángeles en el mundo, como Ahren y su mujer, y esta gente es la que te hace creer que en el mundo no todo es malo, que vivir merece la pena por conocer a gente extraordinaria.
ResponderEliminarGracias, a él y a ti, por compartirlo con nosotros. Un beso.