Sofía con ojos de turista

Hoy por primera vez tengo una autora invitada en el blog que comparte sus impresiones sobre Sofía como turista. Se trata de Abril Camino, escritora de novela romántica y editora en varios medios, principalmente en Trendencias. 

Yo la conocía por sus textos en Glup Glup Web. Me escribió contando que ha estado hace poco en Bulgaria de vacaciones, y he pensado que sería interesante leer lo que tiene que contar sobre la capital desde el punto de vista de visitante esporádica.

Alexander Nevski, Bulgaria, y Abril Camino
Catedral Alexander Nevski y escritora pasada por agua (Imágenes: Abril Camino).

Este es su relato sobre su reciente viaje a Sofía:   




Siempre he sido una persona muy viajera. Y una enamorada de Europa, de su historia y su cultura, sus luces y sus sombras. Conozco todos los países del continente, menos la zona de los Balcanes y algunas antiguas repúblicas soviéticas. Y, hasta hace unas semanas, también Rumanía y Bulgaria estaban en mi lista de pendientes. Así que había que ponerle solución a ese asunto. Uniendo un par de festivos y algunos días libres, me vi con cinco días para recorrer estos dos países y me puse manos a la obra con la planificación del viaje. No era demasiado tiempo y yo soy una persona fundamentalmente urbana, así que centré mi idea de viaje en las dos capitales: Bucarest y Sofía.


Lo que sabía de Bulgaria antes de llegar:


Lo reconozco: soy una obsesa de la planificación de viajes. Debe de ser maravilloso lo de coger una mochila e irse a la aventura, pero a mí me encanta buscar y rebuscar información sobre mi destino antes de coger el avión. Así que me lancé a leer guías de viaje (concretamente, la Lonely Planet de Rumanía y Bulgaria, que no me acabó de gustar ni de cuadrar con lo que viví después), foros de viajeros, blogs con diarios de viaje, experiencias de Interraíl, etc. 


Pronto comprobé que muchos viajeros habían hecho la misma combinación Rumanía-Bulgaria que tenía yo en mente. Y todos coincidían en una cosa: Sofía no merece la pena. Es la capital más fea de Europa. Merece muchísimo más la pena Bucarest. Me convencieron. Lo que en principio iban a ser dos días y medio en cada capital se convirtió en tres días y medio en Rumanía (aproveché uno de ellos para escaparme a la zona de los castillos de Transilvania) y un día y medio en Sofía. Spoiler: no tenían razón. 


La llegada a Sofía:

Después de tres días en Rumanía, en los que me maravillaron los paisajes de los Cárpatos, pero me decepcionó un poco Bucarest, me subí a un autobús con destino Sofía. La odisea de comprar los billetes de autobús fue bastante curiosa, pero creo que fue más culpa de la burocracia rumana que de la búlgara. El trayecto fue pesado: las infraestructuras me parecieron una asignatura pendiente de los dos países y la espera en la frontera búlgara fue larga y tediosa. Y ahí llegó el primer síntoma de algo que comprobaría más a fondo al llegar a Sofía: el agente de aduanas que revisó mi pasaporte tardó un poco en creerse que quisiera visitar el país por turismo.

Llegué a Sofía a medianoche. Sin comer nada desde el mediodía. Y yo me convierto en un monstruo prehistórico (más o menos) cuando tengo hambre. El hotel había cerrado ya la cafetería y en recepción me dijeron que había un restaurante 24 horas a cinco o seis manzanas. ¿Recorrer cinco o seis manzanas de una ciudad que no conozco cerca ya de la una de la madrugada? Soy bastante poco asustadiza, por regla general, así que mi respuesta en cualquier otra ciudad habría sido que sí. Pero es que de Sofía había leído en muchos lugares que era peligrosa, sobre todo por la noche, sobre todo para mujeres solas. 

El tema es que yo soy muy temeraria cuando tengo hambre, así que allá me fui. Y ahí me encontré con el primer prejuicio falso que me habían metido en la cabeza: cierto que el hotel era bastante céntrico, pero tanto a la ida como a la vuelta del restaurante no solo no tuve ni la menor sensación de peligro, sino que me encontré bastantes terrazas con ambiente animado, mucho más animado de lo que estarían en mi ciudad un martes cualquiera de octubre de madrugada.

Un día conociendo Sofía:

Al día siguiente me levanté temprano para conocer Sofía. No acababan de írseme de la cabeza las cosas que había escuchado: que era una ciudad fea, que solo había iglesias, que en media mañana ya tendría todo visto… Quizá las bajas expectativas jugaron a mi favor porque lo que me encontré me gustó. Me gustó MUCHO. No es París, cierto, pero me parece MUY exagerado situarla entre las ciudades más feas de Europa. Y eso que me tocó recorrerla bajo una lluvia torrencial como pocas veces he visto (y eso, siendo yo coruñesa, es mucho decir).

Palacio de Justicia, Sofía, Bulgaria
Palacio de Justicia (Imagen: Abril Camino).


Grandes avenidas, edificios majestuosos muy al estilo soviético, tranvías con encanto y… sí, muchas iglesias, como me habían dicho. Pero qué iglesias, señores. Empecé por la catedral de Sveta-Nedelya, que me pareció sencilla por fuera, pero espectacular por dentro, con su cúpula enorme y sus frescos coloridos. 

Catedral Sveta Nedelia, Sofía, Bulgaria
Catedral Sveta Nedelia. Imagen: Abril Camino


A continuación (y aprovechando una escapadita para ver el cambio de guardia en el Palacio Presidencial), vi la iglesia de San Jorge, la más antigua de la ciudad. De ahí, subí hasta la Iglesia Rusa, que me pareció preciosísima por fuera (por dentro estaba en obras y apenas pude echar un vistazo rápido). Y, a continuación, subí hasta la catedral de Aleksander Nevski, que me dejó, literalmente, los ojos como platos. Por fuera, por su majestuosidad. Por dentro, por lo impresionante de sus altares, cúpulas y pinturas. Solo por conocerla, ya me habría merecido la pena la visita a la ciudad.

Pero aún me quedaban por delante la Iglesia de Santa Sofía, la mezquita Banya Bashi y la Sinagoga, aunque, por desgracia, estas dos últimas estaban cerradas y solo pude disfrutarlas por fuera.


Mezquita Banya Bashi, Sofía, Bulgaria
Mezquita Banya Bashi


Resumiendo, una ciudad que me habían descrito como fea y que «solo tiene unas cuantas iglesias» me dejó un sabor de boca fantástico, a pesar de haberla conocido bajo la lluvia y encontrando algunos lugares cerrados o en obras. Con sol y todo abierto, no sé hasta qué punto me habría enamorado de la ciudad.

Lo mejor, lo peor y lo más sorprendente:


Como os imaginaréis, el paseo por la ciudad y sus monumentos está muy arriba en el top de “lo mejor de Sofía” para mí. También la comida, aunque tuvimos poca ocasión de probarla, al haber hecho una visita tan breve. Al yogur podría dedicarle un post entero, pero prefiero pasar ese tiempo averiguando dónde comprarlo en España. Qué maravilla, por Dios. Podría comerlo a todas horas. También entre lo mejor, el hecho de que sea una ciudad poco turística. Sí, lo sé, es incongruente que proteste de los turistas siendo yo una de ellos, pero visitar una ciudad sin soportar colas, hordas de turistas palo-selfie en mano y precios inflados es un lujo que ya se puede disfrutar en pocas ciudades de Europa.


Lo peor llegó con la visita a uno de los puntos turísticos que más me apetecían de antemano: la iglesia de Boyana. Con el aval de ser Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, no esperaba lo que me ocurrió allí. Primero, se negaron a permitirnos la entrada gratis, pese a que un cartel indicaba claramente (en inglés) que los lunes a partir de las 15.00 la visita era gratuita. Era lunes y eran las 17.00. Después, se negaron también a cobrarnos con tarjeta, pese a que en la oficina de entradas había mil y una pegatinas de las principales tarjetas de crédito. Para continuar, nos prometieron un tour en inglés, pero en el último momento… lo dieron en búlgaro. 


Iglesia de Boyana, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, Bulgaria
Iglesia de Boyana, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO (imagen: Wikipedia)


Y la peor parte de todo: ni el personal de seguridad del monumento ni los empleados de la oficina de billetes quisieron ayudarnos a conseguir un taxi o a indicarnos qué autobús debíamos tomar para regresar a Sofía. Diluviaba, se estaba haciendo ya de noche y ni siquiera nos quisieron indicar un teléfono de teletaxi. Fue sorprendente y desagradable y nos dio mucha rabia que empañara una visita a Sofía que estaba siendo perfecta hasta ese momento.

Y, por último, lo sorprendente. Decía antes que un oficial de Aduanas se sorprendió cuando le dije que queríamos visitar Bulgaria por turismo. No fue el único. Varios residentes con los que hablé se sorprendieron de que estuviéramos allí. Incluso la recepcionista del hotel, encantadora por cierto, nos dijo que no comprendía qué hacíamos allí, con la cantidad de ciudades bonitas que tiene Europa. También una expatriada española, a la que nos encontramos recorriendo la ciudad y que se acercó a nosotras al oírnos hablar español, nos dijo que no nos iba a gustar nada. Y, cuando le dijimos que nos estaba encantando, nos miró como si estuviéramos locas.

Me sorprendió y me entristeció un poco esa falta de autoestima de los residentes en Sofía sobre su propia ciudad. Quizá fue solo casualidad, quizá me encontré a los búlgaros con peor visión sobre su ciudad. Pero me pareció que no tenían motivo para ello.

En resumen, Sofía me pareció una ciudad interesante, bonita, con algunas infraestructuras por mejorar y mucho por descubrir. Me quedó pendiente la visita al monasterio de Rila (imperdonable), así que entre eso y la necesidad absoluta de seguir comiendo yogur… ¡tendré que volver!


***


Estas son las impresiones de Abril tras unos días de turismo por Sofía. A mi como residente me parecen muy acertadas: Sofía es bonita a pesar de tener fama de feúcha, y por otro lado, también es cierto el punto de vista negativo de los búlgaros sobre su propio país. Es curioso, porque son gente muy, muy patriótica, pero a la vez les cuesta entender que los extranjeros queramos venir aquí, y más quedarnos a vivir.

¿Habéis estado en Sofía? ¿Qué opináis de la pintoresca capital de Bulgaria?

18 comentarios:

  1. Coincido en que es una capital feucha :) aunque no por eso deja de ser interesante.
    Tambien depende del tiempo del que uno dispone y la facilidad para transportarse. Yo diria que teniendo una semana Sofia vale la pena dedicarle 1 dia.

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    1. Bueno, es feo lo comunista, sobre todo los bloques de pisos de esa época. Pero no es una ciudad fea en absoluto. :)

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    2. Sofía no es una ciudad turistica, no solo por tiempo, por el pasado y por su territorio. Con superficie de 492 kilometros cuadrados no se puede esperar ver maravillas. Mas que en La Segunda Guerra Mundial ha sido bombardeada por las fuerzas aliadas y muchos edificios con valor historico han desaparecidos. Pero generalmente Bulgaria tiene maravillas y hace falta mucho tiempo para conocerla!

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    3. A mi la arquitectura comunista no me parece fea. Me parece curiosa. Es sobria y funcional, y está subordinada a intereses más allá de la propia arquitectura en si, y como tal creo que hay que apreciarla. De todas las maneras, el dñia que Europa descubra Bullgaria, será un boom turístico

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  2. Pues a mí me pasa como a Abril, además es que tenemos pendientes los mismos paises jejejej. Muero por ir a Sofía y ya no haré caso a quienes dicen que no vale la pena, está claro que es maravillosa, creo que como cualquier ciudad cada una tiene lo suyo. A mi me ocurrió igual con Praga y Viena, todos decían que Viena no merecía la pena, al final fui por separado dedicando a cada una su tiempo y Viena me gustó muchísimo, casi más que Praga.
    Espero algún día ir a Sofía y poder opinar ;)

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    1. Yo creo que te encantaría! Aunque si eres friolera no vengas en invierno, o sólo podrás pensar en el frío que hace. ;)

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  3. Oy, la gente mira que es lengüetona llamándola fea. Algo debe tener. Lo que está claro es que no es una ciudad orientada al turismo, ni por el trato a los visitante, y por esas sorpresas que se llevan hasta en los hoteles cuando dices que estás de visita por gusto. Igual tienen que aprender a venderse mejor en este sentido. Porque anda y que no hay ciudades y países enteros con un marketing apabullante para prometer cosas que luego no se cumplen.

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    1. Exacto, Bulgaria necesita venderse más y Sofía en concreto también. Los búlgaros son muy acogedores, pero a veces también pesimistas. :)

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  4. Llevo dos meses en Sofia y todo el relato refleja bastante mis impresiones. Es una ciudad monumental y con lugares espectaculares. Comoda de visitar, muy segura y con muchos establecimientos (bares, restaurantes, tiendas) abiertas 24 horas. La zona de Vitosha Boulevard esta transitada a todas horas y los bulgaros hacen mucha vida en los parques de su ciudad. todo es muy agradable. Si es cierto que en el servicio deja algo que desear, yo tambien me he encontrado con empleados desagradables. Los bulgaros son muy serios y poco espontaneos y a veces se les refleja demasiado.

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    1. Supongo que en parte se debe a que los sueldos son muy bajos. Si cobras tan poco es difícil trabajar motivado. Una pena, la verdad. Me alegra que sepas ver lo bueno de Sofía! :)

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  5. Me quedó pendiente la visita al monasterio de Rila (imperdonable), así que entre eso y la necesidad absoluta de seguir comiendo yogur… ¡tendré que volver
    Que frase al final, tremenda. Muy buen blog (Y)

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  6. Interesantísimo!! Cuanto mas veces dicen que es fea,mas ganas me dan de ir a ver los bloques comunistas yaii que ilusionnn
    Mama, pasate por mi blog porfa... Echale un vistazo :)
    www.cronicasdeunmusicocosmopolita.blogspot.com

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    1. Voy!
      Sofía no es fea, lo que pasa que algunos edificios comunistas le dan aspecto comunista a todo, pero no es así. :)

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  7. A mi no me parece feucha en absoluto! De hecho estoy deseando volver en enero para ver cosas que aun tengo en el tintero: El museo de arte socialista, el interior de la Sinagoga... por no mencionar los sitios de fiesta: Once upon a time Biblioteka, Bedroom, de los mejores sitios para salir que he visto no solo en Europa, sino en el mundo!

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  8. Es un lugar al que me gustaría mucho ir, será por nuestro carácter pero hemos disfrutado más los viajes a las ciudades "poco turísticas" que a las archifamosas (aunque a Londres volvemos siempre, pero eso es porque vamos donde mi prima y estamos como en casa)

    Sobre el trato al cliente... aquí ha mejorado un poco, pero cuando llegué era como si te hicieran un favor al responderte, así que en todas partes se cuecen habas ò.ó

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  9. A la mayoria que no les gusta mi capital que no pasen alli! :D Igual que yo lo digo que no me gustan unos lugares en Madrid no significa que Madrid en general no me gusta!

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