3 lugares que vale la pena visitar en Pomorie (además de la playa)


En la costa búlgara del Mar Negro, no lejos de Burgás, hay una pequeña ciudad llamada Pomorie.
Se encuentra a unos 20 kilómetros de la mencionada Burgás y a otros 20 del famoso complejo turístico de Sunny Beach, que viene a ser el Benidorm búlgaro.

 

(Este párrafo os lo podéis saltar si os aburre la historia): Los primeros humanos se asentaron en la zona allá por el Neolítico (6.000 a.C.) Pomorie fue fundada en el siglo V a.C. como una colonia griega con el nombre de Anquíalo. Posteriormente fue habitada por tracios, y hacia el siglo I a.C. pasó a formar parte del Imperio Romano, que dividió lo que ahora es territorio de Bulgaria en dos provincias llamadas Tracia y Moesia. En el siglo III pasó a manos de los godos, los bizantinos... En el siglo IX fue conquistada por el kan búlgaro Krum, luego volvieron a conquistarla los bizantinos, y así fue pasando de unos a otros, siendo destruida, reconstruida, mejorada y vuelta a destruir. En el siglo XIV el Imperio Otomano conquistó Bulgaria y ahí se apalancó hasta finales del siglo XIX.

 

¿Por qué el resumen histórico? Porque como suele pasar con tanto cambio de manos, cada conquistador dejó su huella y la actual Pomorie conserva restos de esas etapas, que en la actualidad son puntos de interés turístico.

 

En 1934 recibió su nombre actual, Pomorie, que significa "junto al mar".

 

Pero a pesar de ser un popular destino costero en verano, Pomorie es mucho más que playa, y vale la pena deambular un poco para descubrirlo. He seleccionado tres sitios de interés turístico que creo que os pueden gustar: unas salinas, un túmulo de culto tracio y un monasterio.

 

 

LAS SALINAS: 

 

En Pomorie hay extensas salinas que datan del siglo V a.C. Durante siglos, la población local se ha dedicado a la extracción de sal marina, que en la Antigüedad era un bien muy preciado y escaso, llamado "oro blanco". 

 

Probablemente ya sepáis que antiguamente la sal se usaba incluso para pagar a los trabajadores: de ahí viene el término "salario". 

 

En Pomorie existe desde 2002 un Museo de la Sal que es único en el Este de Europa. En él se puede ver la maquinaria utilizada durante siglos para la extracción de sal y se muestra la industria de producción de sal en la zona. Este es el único lugar de Bulgaria en el que aún hay minas de sal operativas que utilizan antiguas tecnologías de extracción de sal.

 
El museo se encuentra situado en el Lago de Pomorie, un lago ultrasalino en un área protegida de 8 km2 en la que viven más de 200 especies de aves. Sobre el Lago de Pomorie pasa una importante ruta migratoria de aves llamada Via Pontica.

 

 

Una curiosidad de este lago en que en él se encuentra un lodo negro curativo. La primera vez que estuve en Pomorie vi varias personas cubiertas de los pies a la cabeza con esta sustancia negruzca, por encima del bañador. 

 

Al parecer, este barro contiene muchos minerales y oligoelementos especiales que hacen de él un producto cosmético y sanitario: se utiliza tanto en tratamientos para la piel como para algunas enfermedades. 

 
En Pomorie hay varios spas y balnearios especializados que hacen de la ciudad uno de los mayores complejos balnearios de la costa del Mar Negro.  

 


EL TÚMULO DE CULTO TRACIO

 


Esta tumba es un túmulo, es decir, desde fuera tiene el aspecto de una pequeña colina artificial.
Se construía la tumba y luego se echaba encima tierra y piedras hasta que quedaba completamente cubierta. Este túmulo tracio en concreto fue construido hacia el siglo II a.C. y se cree que era el mausoleo de alguna familia adinerada. 

 


Es muy simple pero curioso, porque consta de un largo pasillo de unos 20 metros que termina en una extraña estancia circular de unos 11 metros de diámetro y unos 5 de alto con una enorme columna central que está hueca. De hecho se puede entrar en la columna y si se mira arriba ¡se ve el cielo! Parece que antaño hubo una escalera de madera de la cual no queda nada.

 


La columna es recta por la base, pero se va ensanchando hasta fundirse con el techo de la cámara. En la cámara funeraria hay 5 nichos vacíos, excepto por un puñado de restos, y realmente esto es todo, porque hace siglos fue saqueada y no se conserva el contenido. 

 


Esta tumba tracia es la única de este tipo en la península Balcánica, y a día de hoy sigue siendo un misterio por qué se hizo así. De hecho, arquitectos de todo el mundo la siguen estudiando, intrigados. Fue declarada monumento arquitectónico en 1965.

 


Horario
: de martes a domingo, de 10:00 a 18:00

 

Entrada

Adultos 4 BGN (2 €)

Extranjeros: 5 BGN (2,50 €). Debo señalar que eso es discriminatorio,  y que yo sepa hace años que en Bulgaria no se puede cobrar más a los extranjeros por entrar en este tipo de sitios.

Estudiantes / jubilados: 2 BGN (1 €)

Familias: 8 BGN (4 €)

 

Ubicación: Se encuentra a las afueras de Pomorie, no muy lejos. Como no hay calle ni número, comparto el enlace de su ubicación en Google Maps.

 

Mi opinión personal: no es que sea caro, pero para lo poco que hay que ver y la escasa información disponible yo casi esperaba que fuera gratuito. Al menos podría haber alguien que dé algunas explicaciones a los visitantes, un folleto, ¡lo que sea! Pero solo hay un señor mayor en chanclas y camiseta cobrando las entradas. Si os viene de paso o si ya estáis en Pomorie podéis hacer un desvío para verlo, pero si no, no sé si vale la pena hacer un viaje largo.

 

 

EL MONASTERIO DE SAN JORGE

 


Este pequeño monasterio, uno de los más antiguos de Bulgaria, fue construido por colonos griegos hacia el siglo VII d.C. Fue arrasado durante el dominio otomano, para ser luego reconstruido sobre las ruinas de la mansión de un señor feudal llamado Selim Bey (s. XVIII). 

 

Se cuenta que Selim había contraído una enfermedad incurable (por la cual se había ido a vivir a la costa) y una noche soñó que en su patio brotaba un manantial milagroso. Por la mañana halló en el patio un bajorrelieve de mármol de San Jorge, al lado del cual brotaba un manantial de aguas curativas. Tras beber de él, se curó. 

 

Impactado, se dice que él y toda su familia se convirtieron a la fe cristiana. Selim construyó en ese lugar una capilla cristiana. Años más tarde, al enviudar, se convirtió en el primer higúmeno (abad) del monasterio posterior y acabó regalando sus tierras y propiedades a dicho monasterio. 

 


En 1856 se erigió el monasterio actual sobre los restos del original, y sobre la entrada
aún se conserva el bajorrelieve de san Jorge. También hay varias obras del arte iconográfico de los siglos XVIII y XIX. En total conté al menos seis iconos de san Jorge, entre los de la iglesia, la fachada y la capilla del manantial. El que está dentro de la iglesia, junto a la puerta, tiene fama de milagroso.

 


El recinto del monasterio es bonito y se puede dar un tranquilo paseo, aunque por supuesto hay que respetar el lugar (vestimenta adecuada y relativo silencio, que no es un parque público). Los monjes parecen cuidarlo con mucho esmero y detrás de la iglesia, como es habitual en muchos monasterios, tienen un pequeño huerto y algunos animales.



En mi opinión no hace falta ser especialmente religioso para saber apreciar la belleza, el arte y la historia de un monasterio, ni tampoco para dejar alguna moneda que nos sobre en el recipiente de las limosnas.

  

 

Obviamente hay más que ver en Pomorie; esto es lo que he visto yo y lo que puedo recomendar. Me parece importante señalar que aunque la ciudad sea conocida como resort de verano, tiene más que ofrecer durante todo el año.

No hay comentarios:

Vuestros comentarios enriquecen este blog. ¿Quieres dejar tu opinión?

© Mamá en Bulgaria. Todos los derechos reservados. Con la tecnología de Blogger.