¿Qué se puede ver en el Museo de Historia Regional de Sofía?
¿Sois de los que consideran aburridos los museos? En caso afirmativo, mejor no sigáis leyendo. Podéis visitar la sección de recetas búlgaras de blog, o quizá la de costumbres y tradiciones, que son dos de las más populares. O quién sabe, tal vez os guste un paseo virtual por este museo sin tener que salir de casa.
Como no soy búlgara, para mí los museos son un modo estupendo de aprender cosas sobre la Historia de este país que los niños suelen aprender en el colegio. Aprovecho mi última visita al Museo de Historia Regional de Sofía para enseñarlo por dentro y por fuera, y para convenceros de visitarlo si venís a la capital de Bulgaria.
Este museo está ubicado en el mismo corazón de Sofía, junto a la mezquita Banya Bashi, en un pintoresco edificio que antaño albergó los Baños Minerales Centrales. Su colorida fachada lo hace destacar, y realmente es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad.
El edificio fue diseñado por un arquitecto rumano-húngaro y uno búlgaro, y el estilo es una mezcla entre vienés, búlgaro y bizantino. Se construyó a principios del siglo XX, y resultó destruido durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Fue reconstruido y siguió funcionado como baños minerales hasta 1986, cuando se tuvo que reparar de nuevo.
Desde 2015 alberga el Museo de Historia Regional de Sofía, que muestra la vida y costumbres en la región de Sofía desde la Prehistoria hasta los tiempos modernos.
Aunque por fuera parece grande, el museo no lo es tanto. La exposición permanente del museo está distribuida en 8 salas que recorren desde el Neolítico hasta los años 40 (mis favoritas son la 3, la 4 y la 7):
1. "Herencia de la Antigüedad":
Restos del Neolítico, la Edad de Cobre y la Edad de Bronce muestran que en lo que ahora es el centro de Sofía hubo asentamientos hace miles de años, atraídos por los manantiales de agua mineral. Ahí vivía la tribu Serdi, de quienes viene el antiguo nombre de Sofía: Serdika. Luego llegó el Imperio Romano y la introducción del cristianismo en tierras búlgaras con el emperador Constantino, las primeras tribus eslavas...
Cuando Tracia pasó a formar parte del Imperio Romano (año 45 a.C.), el Valle de Sofía también. Fue justo en la época romana cuando Serdica adquirió el estatus de ciudad.
2. "El poder del espíritu":
Todo lo relacionado con la Edad Media y la Iglesia. Se pueden ver restos de frescos medievales e iconos de iglesias de la época.
3. "Conexión dinástica con Europa Occidental":
La Constitución de Tarnovo de 1879 definía Bulgaria como una monarquía constitucional hereditaria. El primer príncipe de la Bulgaria moderna fue Alejandro de Battenberg, que acabó abdicando poco después.
Entonces (1908) fue coronado rey el príncipe Fernando de Sajonia Coburgo-Gotha, emparentado con parte de la monarquía europea y nieto del último rey francés.
El rey Fernando era un hombre de ciencia y estaba muy interesado en las ciencias naturales y en los logros científicos modernos, que impulsó durante su reinado. Él fundó varios de los museos de Sofía.
En esta sala se pueden ver objetos de aquella época, entre los que destaca un espléndido carruaje real del siglo XVIII que se utilizó en la boda del rey Fernando.
4. "El despacho de Palacio":
El nombre de la sala no deja lugar a dudas. Aquí está, por ejemplo, el escritorio de trabajo del príncipe Fernando, que fue un regalo de boda del canciller alemán Otto von Bismarck. También hay un espectacular reloj, regalo de la reina Victoria de Inglaterra al príncipe Fernando a finales del siglo XIX. Según la guía del museo, la melodía que suena al dar las horas es la misma que la del Big Ben.
Están los tronos del rey Borís III (hijo del rey Fernando) y la reina Giovanna, que era italiana. La monarquía búlgara, como la de casi toda Europa, ha sido durante siglos una mezcla de nacionalidades, y de hecho está emparentada con la española.
El cetro y el orbe real, los símbolos del poder del rey, simbolizan la autoridad y el territorio del reino, respectivamente.
5. "Una calle de Sofía":
En esta sala se exponen un tranvía de principios del siglo XX, trajes de campesinos de la época, un biciclo, una bicicleta infantil y un impresionante Mercedes de 1905 del príncipe Fernando, que sin duda es la estrella de la estancia. El Mercedes no se puede tocar, pero el tranvía sí se puede cotillear por dentro.
6. "Instituciones estatales y municipales":
En 1879 la Asamblea Constituyente declaró Sofía capital de Bulgaria. La capital, como sabréis, es el corazón político, económico y social del país.
En esta sala está el trono real del Parlamento; el Libro Dorado, algo así como el libro de visitas de la ciudad; medallas y condecoraciones variadas, y el estudio de Stefan Stambolov (primer ministro, considerado uno de los fundadores de la Bulgaria moderna y apodado “el Bismarck búlgaro”).
7. "Hogares y vestimenta de los habitantes de Sofía":
En esta sala se han reconstruido rincones de hogares búlgaros de la época posterior a la Liberación (1878). Se pueden ver salas de estar, dormitorios y trajes de diario y de fiesta de familias de distintas clases sociales.
8. "Vida cultural y Ocio":
Aquí están expuestos desde juguetes infantiles de finales del siglo XIX y principios del XX hasta trajes que llevaban las clases altas a bailes elegantes, a la ópera o al teatro.
Al ser Sofía la capital, fue en esta ciudad donde se establecieron las principales compañías de teatro, ópera y ballet, y fue también aquí donde se proyectó la primera película búlgara. Otros lugares de ocio y vida social, más al alcance de todos los bolsillos, eran las tabernas y los cafés.
Esta sala repasa la vida y costumbres de todos los sofiotas, desde la realeza a los campesinos, pasando por el Gobierno, las instituciones y los ciudadanos de a pie.
Cabe destacar que la seguridad del museo, sin ser exagerada, no está en absoluto descuidada. En todas y cada una de las salas hay alguien vigilando que los visitantes no toquen o sustraigan nada.
Como no soy búlgara, para mí los museos son un modo estupendo de aprender cosas sobre la Historia de este país que los niños suelen aprender en el colegio. Aprovecho mi última visita al Museo de Historia Regional de Sofía para enseñarlo por dentro y por fuera, y para convenceros de visitarlo si venís a la capital de Bulgaria.
Este museo está ubicado en el mismo corazón de Sofía, junto a la mezquita Banya Bashi, en un pintoresco edificio que antaño albergó los Baños Minerales Centrales. Su colorida fachada lo hace destacar, y realmente es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad.
El edificio fue diseñado por un arquitecto rumano-húngaro y uno búlgaro, y el estilo es una mezcla entre vienés, búlgaro y bizantino. Se construyó a principios del siglo XX, y resultó destruido durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Fue reconstruido y siguió funcionado como baños minerales hasta 1986, cuando se tuvo que reparar de nuevo.
Desde 2015 alberga el Museo de Historia Regional de Sofía, que muestra la vida y costumbres en la región de Sofía desde la Prehistoria hasta los tiempos modernos.
Aunque por fuera parece grande, el museo no lo es tanto. La exposición permanente del museo está distribuida en 8 salas que recorren desde el Neolítico hasta los años 40 (mis favoritas son la 3, la 4 y la 7):
1. "Herencia de la Antigüedad":
Restos del Neolítico, la Edad de Cobre y la Edad de Bronce muestran que en lo que ahora es el centro de Sofía hubo asentamientos hace miles de años, atraídos por los manantiales de agua mineral. Ahí vivía la tribu Serdi, de quienes viene el antiguo nombre de Sofía: Serdika. Luego llegó el Imperio Romano y la introducción del cristianismo en tierras búlgaras con el emperador Constantino, las primeras tribus eslavas...
Cuando Tracia pasó a formar parte del Imperio Romano (año 45 a.C.), el Valle de Sofía también. Fue justo en la época romana cuando Serdica adquirió el estatus de ciudad.
2. "El poder del espíritu":
Todo lo relacionado con la Edad Media y la Iglesia. Se pueden ver restos de frescos medievales e iconos de iglesias de la época.
3. "Conexión dinástica con Europa Occidental":
La Constitución de Tarnovo de 1879 definía Bulgaria como una monarquía constitucional hereditaria. El primer príncipe de la Bulgaria moderna fue Alejandro de Battenberg, que acabó abdicando poco después.
Entonces (1908) fue coronado rey el príncipe Fernando de Sajonia Coburgo-Gotha, emparentado con parte de la monarquía europea y nieto del último rey francés.
El rey Fernando era un hombre de ciencia y estaba muy interesado en las ciencias naturales y en los logros científicos modernos, que impulsó durante su reinado. Él fundó varios de los museos de Sofía.
En esta sala se pueden ver objetos de aquella época, entre los que destaca un espléndido carruaje real del siglo XVIII que se utilizó en la boda del rey Fernando.
4. "El despacho de Palacio":
El nombre de la sala no deja lugar a dudas. Aquí está, por ejemplo, el escritorio de trabajo del príncipe Fernando, que fue un regalo de boda del canciller alemán Otto von Bismarck. También hay un espectacular reloj, regalo de la reina Victoria de Inglaterra al príncipe Fernando a finales del siglo XIX. Según la guía del museo, la melodía que suena al dar las horas es la misma que la del Big Ben.
Están los tronos del rey Borís III (hijo del rey Fernando) y la reina Giovanna, que era italiana. La monarquía búlgara, como la de casi toda Europa, ha sido durante siglos una mezcla de nacionalidades, y de hecho está emparentada con la española.
El cetro y el orbe real, los símbolos del poder del rey, simbolizan la autoridad y el territorio del reino, respectivamente.
5. "Una calle de Sofía":
En esta sala se exponen un tranvía de principios del siglo XX, trajes de campesinos de la época, un biciclo, una bicicleta infantil y un impresionante Mercedes de 1905 del príncipe Fernando, que sin duda es la estrella de la estancia. El Mercedes no se puede tocar, pero el tranvía sí se puede cotillear por dentro.
6. "Instituciones estatales y municipales":
En 1879 la Asamblea Constituyente declaró Sofía capital de Bulgaria. La capital, como sabréis, es el corazón político, económico y social del país.
En esta sala está el trono real del Parlamento; el Libro Dorado, algo así como el libro de visitas de la ciudad; medallas y condecoraciones variadas, y el estudio de Stefan Stambolov (primer ministro, considerado uno de los fundadores de la Bulgaria moderna y apodado “el Bismarck búlgaro”).
7. "Hogares y vestimenta de los habitantes de Sofía":
En esta sala se han reconstruido rincones de hogares búlgaros de la época posterior a la Liberación (1878). Se pueden ver salas de estar, dormitorios y trajes de diario y de fiesta de familias de distintas clases sociales.
8. "Vida cultural y Ocio":
Aquí están expuestos desde juguetes infantiles de finales del siglo XIX y principios del XX hasta trajes que llevaban las clases altas a bailes elegantes, a la ópera o al teatro.
Al ser Sofía la capital, fue en esta ciudad donde se establecieron las principales compañías de teatro, ópera y ballet, y fue también aquí donde se proyectó la primera película búlgara. Otros lugares de ocio y vida social, más al alcance de todos los bolsillos, eran las tabernas y los cafés.
Esta sala repasa la vida y costumbres de todos los sofiotas, desde la realeza a los campesinos, pasando por el Gobierno, las instituciones y los ciudadanos de a pie.
Cabe destacar que la seguridad del museo, sin ser exagerada, no está en absoluto descuidada. En todas y cada una de las salas hay alguien vigilando que los visitantes no toquen o sustraigan nada.
Horario:
De 10:00 a 18:00 h.
Precios:
Adultos: 8 BGN (5 €)
Menores de 7 años: gratis
Escolares, universitarios y jubilados: 2 BGN (1 €)
Familias: 10 BGN (5 €)
Dirección:
C/ Banski 1
(si preguntáis a alguien por la calle, decid "Mineralni Bani").
Debido a la pandemia, es obligatorio llevar mascarilla en el interior.
¿Apto para niños? Según la edad. Muy pequeños se van a aburrir y los padres se van a volver majaras intentando que no toquen nada. Pero a los niños en edad escolar les puede resultar interesante, además, como es un museo pequeño, no tendrán tiempo para aburrirse. A mi hija de 12 años le gustó.
Junto a la entrada se venden postales y recuerdos de Sofía. Yo ahí me dejé alegremente varios billetes, porque aunque vivo aquí, me encantan los souvenirs y suelo comprar para regalar.
Y si no podéis ir en persona, os recomiendo el tour virtual que ofrece el museo.
Fuentes:
Museo de Historia Regional de Sofía
Lonely Planet
Notas propias
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