La cueva Venetsa: ¿la más bonita de Bulgaria?
En Bulgaria hay cientos de cuevas, pero solo unas cuantas están acondicionadas
para turistas. Yo llevo años visitando las más conocidas del país y
hasta ahora mi favorita era sin duda la cueva Snezhanka (Blancanieves)... Pero ahora le ha surgido una rival en mi ranking
personal: la bellísima cueva Venetsa (corona de flores).
La cueva Venetsa se encuentra en el municipio de Dimovo, al noroeste de Bulgaria, a unos 55 km de la
ciudad de Vidin. Se formó hace 10 millones de años por la acción erosiva
del agua.
Fue descubierta en los años 70, pero no fue hasta 1985 que abrió a los
turistas, y recientemente, en 2015, fue adaptada y bien iluminada
mediante el programa europeo de desarrollo regional (el 80% de los fondos los aportó la UE). Hay barandillas, escaleras y pasarelas metálicas nuevecitas. Esto lo aprecié especialmente, porque en otras cuevas las barandillas son de madera y al estar húmedas pueden dar un poco de grima.
Y las luces... oh, las luces. Son de colores y convierten la cueva en un reino subterráneo de cuento de hadas. No es de extrañar que la cueva Venetsa haya sido declarada monumento natural.
La temperatura en la cueva Venetsa ronda los 10°C durante todo el año, y la humedad es del 100%. Se pueden hacer fotos sin flash.
La guía que nos tocó se llamaba Milena y nos hizo un tour estupendo de 40 minutos por el interior de la cueva (unos 200 metros de túneles). El recorrido es bastante sencillo en comparación con los de otras cuevas búlgaras. Hay espacio de sobra para moverse, excepto el tramo inicial, que es un pelín estrecho. No hay que trepar ni arrastrarse, se puede caminar normal.
¿QUE SE PUEDE VER EN ESTA CUEVA?
En la cueva Venetsa hay 5 salas. En la última no se entra, porque es de
difícil acceso y está poco iluminada. De todos modos mi marido pidió
permiso a Milena y ella le dejó bajar un momento. Poco pudo ver, pero
se quitó la curiosidad.
Las otras 4 salas están hábilmente iluminadas con luces de muchos colores que resaltan las formaciones rocosas. Realmente es como internarse en un mundo subterráneo de fantasía.
En esta cueva viven dos tipos de murciélagos. Cuestan de ver, Milena nos explicó que en esa época del año hibernan, pero de todos modos son potenciales transmisores de varias enfermedades y no se les puede molestar.
En una de las salas hay el llamado "lago de los deseos". Se puede ver desde arriba pero no se puede bajar.
En varios puntos de la cueva hay ónice blanco y amarillo, que es curioso porque al ser algo transparente deja pasar la luz de la linterna si se ilumina. Uno es especialmente interesante por su forma de cabeza de
pelícano:
Hay otras formaciones rocosas con formas curiosas: una se llama "guardián de la cueva" porque parece una cara enorme, hay otra llamada "dedo de Dios" y una con forma de Virgen María (echándole imaginación, claro).
También destaca un estalactón (una gran columna rocosa que es el resultado de la unión de una estalactita y una estalagmita), el más grande de Bulgaria, que mide unos 25 metros de circunferencia.
Si bien el recorrido por la cueva Venetsa no es ni de lejos una expedición de espeleología como por
ejemplo en la cueva Lepenitsa (ya os contaré en otro post, que tiene tela), y las salas son bastante
amplias, como he mencionado hay espacios estrechos por los que solo se puede pasar
agachándose y con cuidado. Es mejor que no entren niños muy pequeños
(aunque en mi grupo había varios de 4 años y hasta un bebé en su mochila).
DATOS PRÁCTICOS:
Recomiendo no llevar mochila, yo llevé una pequeña y se rascó por varios puntos (nada grave). Y llevad calzado adecuado, ya que aunque el recorrido es ligero y las pasarelas son metálicas y antideslizantes, no deja de ser una cueva húmeda.
Horario: de martes a domingo, de 9 a 17 h. Entra un grupo cada hora en punto, siempre con guía.
Precio: 8 BGN (4 €) adultos, 4 BGN (2 €) niños.
Reglas: es obligatorio llevar casco protector para evitar coscorrones
(chicas, mejor sin moño) y en estos tiempos pandémicos también
hay que llevar mascarilla. No es lo más cómodo ahí dentro, pero desde que empezó la dichosa pandemia, en Bulgaria hay que llevar mascarilla en todos los lugares públicos cerrados.
Al salir hay spray desinfectante a disposición de los visitantes.
Según la guía, de enero a septiembre de 2020, que es cuando fui yo, visitaron la cueva 7.000 personas. Al parecer se restringe mucho la cantidad de gente que puede entrar.
Como veis, la cueva Venetsa es realmente bonita, sobre todo con las luces de colores... Tanto, que creo que le puede quitar el primer puesto a la preciosa cueva Snezhanka en mi ránking personal de cuevas búlgaras.
Si visitáis la provincia de Vidin, sin duda os recomiendo que os acerquéis a verla.
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