Plan familiar de otoño: los viñedos y la bodega de “Villa Melnik”

Hoy comparto con vosotros una preciosa experiencia otoñal. Hace poco fui con mi familia a ver los viñedos y la bodega de “Villa Melnik”, cerca de Melnik (la ciudad más pequeña de Bulgaria), al suroeste del país. 

 

viñedo de Villa Melnik

 

Como puede que ya sepáis, Bulgaria tiene una dilatada tradición de producción de buen vino, que data de la época de los tracios. De hecho, en los años 80 Bulgaria era el segundo productor mundial de vino, y se dice que Winston Churchill encargaba cada año 500 botellas de vino de Melnik.


En el país destacan cinco grandes regiones productoras: el valle del río Struma, la llanura del Danubio, el Valle de las Rosas,  la costa del Mar Negro y la región del valle de Tracia. Y los viñedos de Villa Melnik están ubicados precisamente en la primera, el valle del río Struma. Esta es la región más cálida y soleada de Bulgaria y tanto el terreno como el clima son ideales para el cultivo de vid.


"Villa Melnik" es una empresa 100% familiar, creada unos años por la familia Zikatanovi: el matrimonio Nikola y Lyuvka Zikatanovi y su hija Militsa. En un terreno donde no había nada consiguieron, con mucho esfuerzo y paciencia, crear un pequeño paraíso de 30 hectáreas. 


Militsa se fue al extranjero unos años (EE.UU, Inglaterra, Irlanda) y regresó con un máster en Administración de empresas, experiencia en el sector y muchas ganas de contribuir al desarrollo del negocio familiar. Ya sabéis cómo me gustan a mí las historias de búlgaros expatriados que regresan para estar con la familia y hacer de Bulgaria un lugar mejor.

 

Militsa Villa Melnik

Fue precisamente Militsa quién nos recibió al llegar. ¡Fue una agradable sorpresa descubrir que habla español!


QUÉ VER EN "VILLA MELNIK":


La propiedad consta de un gran edificio bien integrado en el entorno, bajo el cual se encuentra la enorme bodega. Al pie del mismo se extiende uno de los viñedos (hay otro más grande algo más lejos). 

 

viñedo bodega Villa Melnik


Aunque sea una empresa familiar no es un lugar pequeño: aquí se procesan 250 toneladas de uva anuales y se producen 20 variedades distintas de vino, tanto locales como internacionales. Antes de empezar a cultivar la uva, analizaron a fondo el clima para ver qué tipo de variedades crecerían mejor en la zona.


Además de producir su propio vino, Villa Melnik permite el acceso a quienes deseen conocer de cerca el lugar y su actividad. Ofrecen diversos packs que oscilan entre 3 y 30 BGN (de 1,50 a 15 €). Nosotros hicimos el Pack Especial, que incluye:

 
- Visita guiada por la bodega, en el que se explica detalladamente el proceso de producción de vino.


- Cata de vinos: 6 variedades distintas, queso y embutidos. Mi hija no se bebió el vino, pero sí probó la uva y los embutidos.


- Recorrido guiado por el viñedo. Pudimos coger nosotros mismos algo de uva (que probamos ahí mismo porque está riquísima) y llevárnosla a casa.

 

uva Villa Melnik
 

1. VISITA GUIADA POR LA BODEGA


Los visitantes podemos ver cada uno de los pasos del proceso de elaboración de vino. Se empieza desde arriba hacia abajo, ya que la familia ideó un sistema que aprovecha la gravedad desde que la uva entra en los depósitos hasta que sale el vino embotellado, y así se ahorra mucha energía. Además, esto permite tratar la uva con mucho cuidado para que no se rompan las semillas (eso liberaría taninos y el sabor resultante sería más amargo).

 

La primera máquina desgrana la uva sin dañarla: por un lado saca los granos sueltos y por el otro, los rabitos de los racimos y las hojas.

 

 

maquinaria bodega Villa Melnik

 

En un moderno laboratorio se analizan constantemente la uva y el vino. Militsa nos explicó que si se recoge la uva dos días más tarde del momento óptimo, ya se nota la diferencia, así que intentan hacerlo exactamente cuando saben que el vino resultante será mejor.  

 
Las cubas de fermentación, cuya capacidad oscila entre 5 y 9 toneladas, son de acero inoxidable
, material neutral que no transmite ningún sabor al vino. Vimos una aún más grande en posición horizontal, que un motor hace rotar cuando hace falta.

 

cubas de fermentación

Después el vino madura en barricas de roble durante el tiempo establecido, según cada variedad.
La bodega donde envejece el vino es un lugar realmente impresionante. Es como una cueva artificial, excavada a mano por gente de la zona, donde el tipo de roca (típico de la región de Melnik) y el hecho de estar bajo tierra aportan a esas estancias la temperatura perfecta para que el vino madure lentamente: 18ºC y un 80% de humedad. 

 

barricas de roble


En varios rincones de los túneles la familia Zikatanovi almacena su colección personal de vino... ¡y los visitantes también pueden hacerlo! Uno puede comprar una botella de vino concreta, ponerle nombre (por ejemplo, el de un hijo) y cuando quiera (el 18º cumpleaños del niño), descorcharla para conmemorar la ocasión.

 

colección vino

 

En la sala de embotellado, maquinaria moderna embotella unas 500-600 botellas por hora. El 70% es vino tinto, un 15% variedades internacionales y otro 15%, variedades locales. El señor Zikatanov considera de gran importancia mantener la tradición de elaborar variedades de vino de la zona, entre las cuales hay Shiroka Melnik y  Melnik 55.

 


2. CATA DE VINOS


El Pack Especial es el más completo e incluye 6 vinos en la degustación. Las explicaciones se adaptan al nivel de cada visitante; con nosotros esto supuso partir casi de cero, porque no entendemos mucho de vinos. Si, como yo, sois novatos, debéis saber que se empieza por los vinos más suaves (blancos), luego se pasa a  rosado y se termina con los más "serios": los tintos. 

 

degustación vino Villa Melnik
 

Militsa nos explicó que los vinos se deben degustar con varios sentidos, no solo el gusto. Se empieza observando el color, por ejemplo sobre el fondo de una servilleta blanca. A continuación se le da a la copa el clásico meneíto suave y se huele despacio. Luego ya se puede catar, dejando que se deslice por la lengua. 


El vino blanco acompaña bien las ensaladas y el pescado, y en cambio el tinto va mejor con la carne. 


En la degustación pudimos probar un vino tinto muy especial: resulta que hace cuatro años una terrible granizada (el peor enemigo del agricultor) arrasó el 80% de la cosecha. Pero lo que pudieron salvar resultó en un vino de sabor muy intenso y concentrado del que se embotellaron menos de 7 000 unidades. Como dijo Militsa, si la vida te da limones, haz limonada (en este caso, vino).

 

cata vinos
 

 

3. RECORRIDO POR EL VIÑEDO:

 

Estuvimos paseando un buen rato con Militsa entre las cepas. Armados con unas podaderas y un gran cesto, pudimos elegir racimos que luego nos llevamos a casa. ¡Fue toda una experiencia!

 

 

viñedo Villa Melnik

La uva que que recolectan los visitantes no está tratada con ningún pesticida, de modo que se puede comer in situ. ¡Mi hija y mi marido disfrutaron especialmente del tentempié improvisado!


uva viñedo Villa Melnik


El único tour que incluye recorrido por el viñedo al final es el pack especial, tenedlo en cuenta al elegir. 

Además de la uva, nos llevamos a casa un par de botellas de los vinos que más nos gustaron en la cata: uno blanco (Aplauz) y uno tinto (Bergulé).


Realmente la familia ha conseguido mezclar estupendamente tradición y modernidad en la producción de vino: producen uno de los tesoros líquidos tradicionales de Bulgaria y a la vez cuentan con la tecnología más novedosa para ello. 


Los vinos de Villa Melnik han ganado ya una colección impresionante de premios internacionales, y esta bodega familiar ha sido elegida por un comité de expertos como uno de los 500 mejores destinos de vino del mundo.

 

vinos de Villa Melnik


Si os tienta una experiencia similar en familia o con amigos, aquí os dejo la web de Villa Melnik, donde podéis ver todos los detalles y los datos de contacto. Hay visitas en varios idiomas, ¡español incluido!


Yo conocí Villa Melnik a través de los bloggers búlgaros Andrey y Maria Andreevi, grandes aficionados al buen vino. En su blog podéis leer su reseña de la bodega en búlgaro e inglés. 




DATOS PRÁCTICOS:


Cómo llegar: La distancia desde Sofía son unos 230 km. Solo hay que bajar hacia el sur por la autopista Struma (A3), en dirección a la frontera con Grecia. La autopista es muy nueva y hay un trecho que aún no está terminado, pero ese pequeño tramo de carretera está en buen estado.


Horario: abren cada día del año sin excepción.


Toda la región es ideal para el turismo de vino, como una Toscana búlgara. Os dejo aquí un mapa ideado por la propia Militsa que muestra las principales bodegas y viñedos de la zona. Y si visitáis la región no dejéis de ir a Melnik, la ciudad más pequeña de Bulgaria, al cercano monasterio de Rozhen, y a Rupite, donde está la iglesia de la célebre Baba Vanga.

 

Bodegas viñedos valle  río Struma

 


Alojamiento


Pasamos una noche en "Villa Sintica", otra bodega cercana que tiene un pequeño hotel. No es una cadena, sino de los que me gustan a mí: familiar. Realmente es muy cómodo, con una gran piscina exterior que hizo las delicias de mi hija mayor.


hotel Villa Sintica

 

Resulta evidente que todo es muy nuevo y que no se ha escatimado en gastos para hacerlo confortable. Hay hasta cargador para coches eléctricos, que en Bulgaria aún es poco habitual. En la planta baja hay una moderna sala de fitness y un centro de spa con jacuzzi calentito, todo lo cual es gratuito para los huéspedes del hotel.


Las habitaciones son amplias y cómodas, y los amenities son de l'Occitane (me encantó el detalle). Y los albornoces eran muy suaves, no de la típica tela de toalla áspera.

 

restaurante Sinti

 

Por último la comida: al estar una única noche solo probamos la cena y el desayuno. La cena no fue barata, pero era nuestra cena de 16º aniversario, que llevábamos meses aplazando por culpa de la dichosa pandemia. Estaba deliciosa y estupendamente presentada. En cuanto al desayuno, es lo que en Bulgaria se llama "mesa sueca": buffet libre. No faltaba absolutamente de nada, y el personal, casi invisible, iba reponiendo todo con silenciosa eficiencia. 


Del hotel a Villa Melnik hay unos 15 minutos de trayecto en coche por una zona muy bonita y pintoresca, llena de viñedos y pueblos pequeños.


Y hasta aquí nuestra visita al viñedo de los Zikatanovi. ¿Habéis visitado alguna vez una bodega? ¿Os gustó la exeriencia?




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